ANTARSYA condena con la mayor firmeza la agresión mafiosa perpetrada en Nea Manolada por los esbirros de la patronal que dispararon a sangre fría, con escopetas, contra 300 trabajadores temporeros, originarios de Bangladesh, que trabajando en condiciones inhumanas reclamaban sus “terroríficos salarios” desde hace seis meses.

La agresión terrorista patronal contra estos trabajadores inmigrantes temporeros es el punto culminante de toda una serie de ataques abiertamente racistas que tuvieron lugar en Nea Manolada por la patronal negociadora de las fresas.

Se trata de una consecuencia de pesadilla de las arbitrariedades patronales que se benefician de la tolerancia y complicidad gubernamentales (véase la reciente abolición de la inspección de trabajo en esta región). Es el resultado del racismo generalizado y de los ataques criminales fascistas contra los inmigrantes que acompañan a la política antipopular de memorándum aplicada por el gobierno de la UE y el capital.

Es el producto de la peste nazi propagada por Amanecer Dorado y sus condescendientes relevos mediáticos. Todos los medios les son favorables para dividir a los trabajadores del país y declarar inocente la política de los gobiernos UE-FMI. Aquí está la creciente promesa de Samaras: beneficios para los bancos y el capital - dinero manchado con la sangre y el sudor de los trabajadores griegos e inmigrantes que se hunden cada día más en la pobreza y miseria.

Este crimen no debe quedar impune. Hace falta acabar con la impunidad de este bien conocido explotador de trabajadores y sus secuaces y de sus secuaces. El movimiento obrero y los sindicatos deben acoger en su seno a los trabajadores de Bangladesh así como a cualquier trabajador griego e inmigrante explotado. Deben defender sus derechos y exigir el castigo ejemplar de sus criminales.

También los trabajadores, los jóvenes, la gente del arte, de la ciencia y de la cultura. Nadie debe callar o mostrarse tolerante ante esta agresión. Es tiempo de que el movimiento obrero y popular, las fuerzas políticas y las organizaciones colectivas tomen la iniciativa de proteger de la vida y la integridad de los inmigrantes.

Si dejamos que se imponga la línea fascista según la cual hay personas que no merecen tener derechos, las víctimas no serán sólo los inmigrantes sino el conjunto de los trabajadores, de los desempleados y de los pobres. La lucha por romper, en la perspectiva de derrocamiento del capitalismo, la ofensiva del gobierno UE-FMI es la única esperanza para el acceso de todos, griegos e inmigrantes, a una vida digna de ser vivida.